Un agente de la Policía Nacional se ha convertido en noticia en las últimas horas después de que se haya conocido que decidió dejar a un lado sus obligaciones para ser solidario. Ocurrió el pasado 29 de mayo en un supermercado de Zaragoza cuando un hombre fue retenido en un supermercado acusado de haber robado varios potitos. El citado policía acabó por comprárselos.
El relato de los acontecimientos se resume rápido. Un hombre entró en un supermercado de Zaragoza y, una vez dentro, se guardó en la ropa varios potitos intentando que nadie le viese. Cuando creía que lo había conseguido y se marchaba, el vigilante de seguridad del establecimiento le cortó el paso y detuvo sus aspiraciones.
Las cámaras de seguridad le habían delatado. El ladrón había intentado huir del supermercado con cuatro potitos. El vigilante de seguridad, haciendo su trabajo, llamó entonces a la policía y en el establecimiento tuvo lugar a una escena en la que el resto de clientes se percataron de las necesidades del hombre que había robado los potitos, pues este explicó su precaria situación económica.
Antes de que llegase la Policía Nacional para dar cuenta de lo que estaba pasando, algunos clientes se prestaron a pagar los potitos, pero no pudieron hacerlo porque tenían que esperar a que llegasen los agentes. Y cuando estos llegaron, se obró el milagro: escucharon lo sucedido y dejaron que el hombre que se marchara sin ningún cargo ni multa, sino todo lo contrario. Uno de los policías acabó pagándole los potitos.
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