A sus 50 años, el ceutí Antonio Alcántara está a punto de cumplir el sueño que persiguió durante gran parte de su vida: convertirse en policía nacional. Actualmente realiza su periodo de prácticas en su ciudad natal antes de jurar el cargo el próximo 7 de junio en la Escuela Nacional de Policía en Ávila, en un acto que coincidirá con el bicentenario de la Policía Nacional.
Un sueño forjado con perseverancia
La vocación de Antonio nació en su juventud, aunque su camino profesional inicial tomó otros rumbos. Estudió Gestión Empresarial y Marketing en Sevilla y trabajó en sectores tan diversos como la automoción, la limpieza y el textil. También ejerció como vigilante de seguridad, experiencia que le permitió mantenerse vinculado al ámbito de la protección ciudadana.
No fue hasta que en 2010 se eliminó el límite de edad para opositar que comenzó a plantearse seriamente cumplir su objetivo. En 2016 inició el proceso de oposiciones y, tras seis intentos y numerosos obstáculos personales, en 2022 logró superar las pruebas e ingresar en la 38ª promoción de la Policía Nacional.
Uno de los momentos más difíciles llegó en 2020, cuando, tras aprobar todas las fases salvo la entrevista, su madre falleció mientras estaba ingresada en la UCI. “Me lo debía a mí y a mi madre”, recuerda emocionado, asegurando que ese golpe no le hizo desistir.
Experiencia y vocación
En la Escuela de Policía de Ávila convivió con compañeros mucho más jóvenes, algunos con menos de la mitad de su edad, sin que esto supusiera un impedimento. “La edad es solo un número que aparece en el DNI”, afirma convencido.
Desde el pasado 19 de julio, Antonio realiza sus prácticas en Ceuta. Comenzó en la Brigada de Extranjería y Fronteras, participando en la Operación Paso del Estrecho. Posteriormente pasó a Seguridad Ciudadana, la unidad que más le atrae por ser “la cara visible de la Policía”. Más tarde, en la Unidad de Atención a la Familia y Mujer (UFAM), descubrió el valor de proteger a víctimas de violencia de género y doméstica, una experiencia que califica como “muy enriquecedora”.
Sus próximas prácticas incluyen estancias en Policía Científica, Información y la Oficina de Denuncias y DNI.
Mirando al futuro
El día previo a la jura elegirá su primer destino. Aunque desea continuar en Ceuta, es consciente de que puede ser destinado a cualquier punto del país, con preferencia por ciudades como Madrid, Cataluña o Melilla. Sus planes incluyen ascender a Oficial y, más adelante, a Subinspector.
Para Antonio, lo mejor de esta profesión es “darle seguridad al ciudadano, estar allí cuando necesitan protección”. Con medio siglo de vida, una trayectoria en seguridad privada y una determinación inquebrantable, afronta el futuro con la ilusión de quien empieza a cumplir un sueño largamente esperado.
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