Una agente de policía demanda 37.000 euros tras lesionarse en un curso de defensa personal
Una agente de la Policía Nacional ha presentado una demanda judicial en la que reclama 37.208 euros de indemnización, tras sufrir graves lesiones durante un curso de defensa personal. El incidente tuvo lugar en noviembre de 2021 y, según la afectada, las heridas que le mantuvieron de baja médica durante casi un año podrían haberse evitado con una mayor precaución en la organización del ejercicio.
De acuerdo con la información publicada por El Periódico de Aragón, la agente fue emparejada para el ejercicio de entrenamiento con un compañero de “estatura, volumen y masa corporal desproporcionados”, lo que, según ella, resultó en un accidente que le ocasionó múltiples lesiones graves. Entre las heridas sufridas se encuentran un esguince del ligamento colateral de la rodilla derecha, una fractura del platillo tibial externo y un desgarro del menisco interno.
La gravedad de las lesiones ha dejado a la demandante con secuelas permanentes que afectan su capacidad para llevar a cabo actividades físicas intensas, un requisito esencial para desempeñar su trabajo habitual dentro de la policía. Actualmente, ha sido declarada "apta con restricciones" y ha sido trasladada a un puesto administrativo.
El accidente ocurrió el 10 de noviembre de 2021 y, tras casi un año de baja médica, la agente se reincorporó al servicio en septiembre de 2022, aunque ya no puede realizar las mismas tareas operativas que desempeñaba antes de su lesión. El recurso que ha presentado ante la Sección Primera de lo Contencioso-Administrativo del Tribunal Superior de Justicia de Aragón (TSJA) subraya que la diferencia física entre los participantes en el ejercicio fue la causa directa de sus lesiones, y que "pudo haberse evitado" si se hubiesen tomado precauciones adicionales al emparejar a los participantes de manera más equitativa.
Inicialmente, la agente intentó resolver el caso por la vía administrativa, pero la Dirección General de Policía archivó el expediente argumentando que las lesiones ocurrieron durante un acto de servicio y que el riesgo formaba parte de los peligros inherentes a la profesión policial. Tras el archivo del caso, la agente decidió recurrir la decisión judicialmente, presentando una demanda ante el TSJA con el apoyo de sus abogados, Carmen Sánchez Herrero y Javier Ferreira.
En su demanda, la agente subraya el impacto duradero que han tenido las lesiones en su carrera profesional, afirmando que las secuelas pueden limitar sus oportunidades de ascenso o acceso a puestos que requieran una mayor capacidad física.
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